Al menos una vez a la semana veo alguna pareja discutiendo en la calle, el metro, la escuela... por todos lados. Y lo más curioso es que, entre parejas heterosexuales, casi siempre es el hombre quien está pidiendo disculpas. La mayoría de las veces, la chica es quien está enojada y veo tres posibles razones para que sea así. Una es que su novio es tan descuidado (o el adjetivo calificativo que usted prefiera) que hace enojar a su novia. La segunda es que la novia sea una persona muy sensible (¿prefiere aquí otro calificativo que sensible?) y se enoje por cosas poco dignas de enojo. La tercera es que el novio se haya enojado y que por eso la novia se enoje, creyendo que él no tiene razón o dándole secretamente la razón pero esperando que él se la de a ella (la razón).
Hora de una anécdota familiar. Ni mi mamá ni la mamá de mi mamá recuerdan por qué, pero mi abuelita estaba a punto de reprender a mi mamá. Mi mamá había escuchado a mi abuelo decirle a su esposa que no le pegara a los muchachos. Aprovechando astutamente su conocimiento le dijo a mi abuelita "te voy a acusar con mi papá". Ella no hizo caso de eso y le contestó "¡pero me acusas!", mientras le propinaba un par de golpes en las asentaderas (dos buenas nalgadas, pues). "Y eso que yo sí le tenía miedo a tu abuelito" me dijo entre risas Toñita. "Bueno, no miedo, pero es que era una persona respetable".
Así es, queridos lectores, hubo una época cuando las parejas se amaban de un modo distinto. Tiempos en que hombres y mujeres se hacían respetar y respetaban. Cuando el amor no se trataba de presumir con cuántas has estado o sandeces de ese tipo. Y tampoco se encontraban parejas discutiendo por las calles en esa época. Era cuestión de honor. Rara vez veo parejas que van tomadas de la mano felizmente platicando. Incluso me he encontrado parejas peleando a distancia haciendo uso de esas mortales armas que son las palabras. Así he aprendido muchas groserías nuevas y nuevas formas de usar las groserías. En fin, amiguitos, ojalá encuentren una pareja de la cual le puedan contar a sus nietos "me enamoré de él (o de ella, según sea el caso), porque me respetaba".
Así es, queridos lectores, hubo una época cuando las parejas se amaban de un modo distinto. Tiempos en que hombres y mujeres se hacían respetar y respetaban. Cuando el amor no se trataba de presumir con cuántas has estado o sandeces de ese tipo. Y tampoco se encontraban parejas discutiendo por las calles en esa época. Era cuestión de honor. Rara vez veo parejas que van tomadas de la mano felizmente platicando. Incluso me he encontrado parejas peleando a distancia haciendo uso de esas mortales armas que son las palabras. Así he aprendido muchas groserías nuevas y nuevas formas de usar las groserías. En fin, amiguitos, ojalá encuentren una pareja de la cual le puedan contar a sus nietos "me enamoré de él (o de ella, según sea el caso), porque me respetaba".
Si van a discutir, asegúrense de que están a solas.
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