Hace un par de días, gracias a Facebook, encontré (o más bien me encontraron a mí) un par de personas que no veía desde hace mucho mucho tiempo. Y como era de esperarse, había que quedar de acuerdo para el clásico cafesín, pretexto para contar historias, ponerse al corriente de lo que ha sido de la vida de cada uno. Y después de varios años, si se tiene suerte, hay muchas historias que contar.
En lo que llega la fecha acordada para la reunión, yo me dí a la tarea de recordar las historias que han pasado en estos cinco años. Me dí cuenta de que he sido muy afortunado, porque varios de mis recuerdos vienen acompañados de sonrisas, de carcajadas y de una nostalgia bastante alegre. No negaré que hay cosas de mi pasado que me entristecen o me enojan al recordarlas. Pero ni modo, uno no puede cambiar el pasado, así que esas experiencias se quedarán ahí como parte de lo que soy. ¡Hey! no quisiera ser malinterpretado. Yo no soy de esos que dicen que no cambiaría nada de su vida, pero sólo cambiaría un par de cosas. Detalles, detalles mínimos...
La cosa es así: en este tiempo unos cuantos murieron, otros tantos nacieron. Varias personas entraron en mi vida. Algunas aún me acompañan, otras ya no. Mi forma de ver el mundo ha cambiado demasiado, pero ¿qué otra cosa podría esperar estudiando filosofía? He reído, he llorado, he superado algunos de mis miedos y también han surgido unos nuevos. Algún día, espero, los superaré también. Amado Nervo tenía razón: cada quien es arquitecto de su propio destino y a mí me gusta lo que he construido, aunque todavía falta. En estos años he sido feliz.
Regla No. 12
Lo importante de la vida no es lo que haces, sino qué tan feliz eres con lo que haces
En lo que llega la fecha acordada para la reunión, yo me dí a la tarea de recordar las historias que han pasado en estos cinco años. Me dí cuenta de que he sido muy afortunado, porque varios de mis recuerdos vienen acompañados de sonrisas, de carcajadas y de una nostalgia bastante alegre. No negaré que hay cosas de mi pasado que me entristecen o me enojan al recordarlas. Pero ni modo, uno no puede cambiar el pasado, así que esas experiencias se quedarán ahí como parte de lo que soy. ¡Hey! no quisiera ser malinterpretado. Yo no soy de esos que dicen que no cambiaría nada de su vida, pero sólo cambiaría un par de cosas. Detalles, detalles mínimos...
La cosa es así: en este tiempo unos cuantos murieron, otros tantos nacieron. Varias personas entraron en mi vida. Algunas aún me acompañan, otras ya no. Mi forma de ver el mundo ha cambiado demasiado, pero ¿qué otra cosa podría esperar estudiando filosofía? He reído, he llorado, he superado algunos de mis miedos y también han surgido unos nuevos. Algún día, espero, los superaré también. Amado Nervo tenía razón: cada quien es arquitecto de su propio destino y a mí me gusta lo que he construido, aunque todavía falta. En estos años he sido feliz.
Regla No. 12
Lo importante de la vida no es lo que haces, sino qué tan feliz eres con lo que haces
No comments:
Post a Comment