O todos coludos o todos rabones


El fin de semana estuve en Puebla. No fue un viaje por puro placer, sino que un familiar fue hospitalizado en esa ciudad y tuve que ir para donar sangre. Por supuesto que después de eso me fui a pasear con la familia para conocer un poco. Pero fue un viaje muy rápido. En fin, de eso no tratará esta breve entrada de blog, aunque sí de algo que me sorprendió estando en el hospital regional de Puebla.

Antes de hacer la donación, tuve que dar mis datos (edad, nombre, teléfono y dirección, como en bizbirije), luego, recibí un folleto donde explicaban, más o menos, qué requisitos debía uno cumplir para poder donar sangre. Había también, en el mismo folleto, un cuestionario para que uno pudiera identificar algún factor de riesgo. Las preguntas eran cosas como ¿ha fumado en las últimas 12 horas? ¿se ha perforado o tatuado durante el último año? ¿ha padecido hepatitis? Cosas por el estilo.

Todo iba bien hasta la pregunta que motiva esta reflexión: ¿ha tenido relaciones homosexuales? Me sorprendí y disgusté bastante por eso. Pensé que cualquier persona ignorante y pre-juiciosa podría encontrar ahí una justificación para la homofobia, alguien podría decir "si los médicos no dejan que los homosexuales donen sangre, por algo será...".

Y entonces, vinieron a mi cabeza un montón de pensamientos y sentimientos negativos hacia las personas que habían escrito semejante atrocidad. ¿Qué no existen personas homosexuales que practiquen el sexo seguro y que puedan donar sangre sin problema alguno? De hecho sí y yo conozco a unas cuantas de esas personas. Son mis amigos y por eso me molesta tanto la homofobia.

Comenté el asunto con un primo que estaba ahí mismo y me dijo "es que eso ya es viejo, ahora no te preguntan eso sino que te preguntan si tienes prácticas sexuales de riesgo". Me tranquilicé un poco, pero seguía pareciendo a mis ojos como algo inadecuado. Esos folletitos deberían ser quemados, porque, claro, imprimir unos nuevos con las respectivas correcciones genera gastos. Y si ahí hay un montón de folletitos, pues esos gastos son innecesarios.

Bueno, pues después de un rato, pasé a un consultorio para que me hicieran las preguntas personalmente y firmara un papel en el que declaraba que todo lo que decía era verdad. Esperaba que la doctora me preguntara algo como lo que había dicho mi primo, pero no. Preguntó si había tenido relaciones sexuales con personas de mi mismo sexo. 

Tuve la intención de mentir, y decirle que sí, que durante toda mi vida había vivido como heterosexual, pero que había salido del armario hacía unos meses y que había encontrado una pareja estable y que practicaba sexo seguro con él. El chiste hubiera sido inventarme un choro para hacerle notar que el hecho de que alguien sea homosexual no quiere decir que no pueda donar sangre segura. Pero mi tío necesitaba las donaciones y pues, ni modo de provocar que no recibiera la mía.

En fin, justo tenía que pasar este disgusto a un mes de que en Carolina del Norte, en Estados Unidos, se prohibió el matrimonio entre personas del mismo sexo. Además, están aún cercanos el Día Internacional de la Lucha contra la homofobia, el día la marcha del orgullo gay en el D.F. y las elecciones presidenciales.

Por cierto, que en Carolina del Norte se rechazó la legislación del matrimonio gay, y en México los candidatos presidenciales no hablan del tema... a excepción de Quadri, el títere de Elba Esther Gordillo. Enrique Peña Nieto es un homofóbico y eso se sabe desde hace mucho tiempo, Josefina Vázquez Mota pertenece a un partido de tradición conservadora, y ella misma ha hecho afirmaciones que la delatan como tal. Y el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, el que debería abogar por los derechos civiles y las libertades individuales dijo en un programa de televisión que el matrimonio entre personas homosexuales debería someterse a la opinión pública, como si los derechos fueran dádivas del pueblo a las minorías. Qué poco progresista se vio.

Pero en fin, así las cosas. Gane quien gane en las próximas elecciones, a menos que sea Quadri (ja-ja-ja)  la cominidad LGBT tendrán que seguir luchando para ser reconocidos, al fin, como ciudadanos con los mismos derechos y obligaciones. Pero no sólo ellos, también tendrán que seguir luchando las comunidades indígenas, las mujeres y un largo etcétera.