El pasado 16 de septiembre murió Rebeca Méndez Jiménez, la mujer que inspiró a Fher del grupo Maná a componer la canción “El muelle de San Blás”. Es una canción que habla de una mujer (Rebeca) que despidió a su enamorado, quien se fue en un barco que partió precisamente del Muelle de San Blas. Ella prometió esperarlo y él prometió volver. Pero no volvió.
Ella, en cambio, sí cumplió su promesa. Espero vestida de novia a su amdado. En la canción dice que esto lo hacía para que él no se fuera a equivocar a su regreso. Creo que también dice que a Rebeca la intentaron llevar a un manicomio, porque de hecho sí estaba loca. La descripción que se hace de esta mujer la hace parecer un personaje realmente trastonrado cuando uno la imagina. En uno de los versos dice que los cangrejos le mordían el ropaje. Aquel vestido de novia debió estar en muy malas condiciones. Pero que de esa mujer loca que andaba vestida de novia esperando a un desaparecido podemos aprender algo sobre el amor.
Creo que el amor es en sí una locura, por eso hay que estar loco para saber amar o más bien, sólo los locos saben cómo amar, cómo entregarse a una persona y no ponerle ninguna condición. Si a cualquiera de nosotros alguien no nos cumpliera una promesa, desecharíamos esa relación. Pero ella no, ella siguió esperando durante muchísimo tiempo, a que su amor regresara, quizá ella no entendió que él quizá había muerto. Una versión de la historia dice que el señor, que se llamaba Manuel, murió en otra ciudad, y a pesar de que la noticia debió llegarle a Rebeca, ella siguió esperando.
Desde hace meses, hay un proyecto de erigir una estatua para conmemorar a Rebeca ya que gracias a la canción inspirada en su historia se hizo famoso mundialmente el pueblo de San Blás. Y sus cenizas serán esparcidas en el muelle, ese mitico lugar donde esta historia pasó. Qué imagen tan bella, ¿no? Ella siempre estará ahí, esperando a su amor, aunque él no regresará. Definitivamente, el amor es una cosa de locos.
Regla No. 18
Antes de amar, vuélvete loco
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Ella, en cambio, sí cumplió su promesa. Espero vestida de novia a su amdado. En la canción dice que esto lo hacía para que él no se fuera a equivocar a su regreso. Creo que también dice que a Rebeca la intentaron llevar a un manicomio, porque de hecho sí estaba loca. La descripción que se hace de esta mujer la hace parecer un personaje realmente trastonrado cuando uno la imagina. En uno de los versos dice que los cangrejos le mordían el ropaje. Aquel vestido de novia debió estar en muy malas condiciones. Pero que de esa mujer loca que andaba vestida de novia esperando a un desaparecido podemos aprender algo sobre el amor.
Creo que el amor es en sí una locura, por eso hay que estar loco para saber amar o más bien, sólo los locos saben cómo amar, cómo entregarse a una persona y no ponerle ninguna condición. Si a cualquiera de nosotros alguien no nos cumpliera una promesa, desecharíamos esa relación. Pero ella no, ella siguió esperando durante muchísimo tiempo, a que su amor regresara, quizá ella no entendió que él quizá había muerto. Una versión de la historia dice que el señor, que se llamaba Manuel, murió en otra ciudad, y a pesar de que la noticia debió llegarle a Rebeca, ella siguió esperando.
Desde hace meses, hay un proyecto de erigir una estatua para conmemorar a Rebeca ya que gracias a la canción inspirada en su historia se hizo famoso mundialmente el pueblo de San Blás. Y sus cenizas serán esparcidas en el muelle, ese mitico lugar donde esta historia pasó. Qué imagen tan bella, ¿no? Ella siempre estará ahí, esperando a su amor, aunque él no regresará. Definitivamente, el amor es una cosa de locos.
Regla No. 18
Antes de amar, vuélvete loco