Hace tres años participé en un congreso de filosofía y educación en Hidalgo. Di mi primer conferencia que trató sobre el individualismo. Dije que está bien, pero muchas veces pasa que las personas en vez de ser individualistas y ya, son egocéntricas. Sobre todo, como el congreso era de filosofía y educación, me enfoqué en hablar de cómo la educación puede hacer la diferencia entre un niño individualista y uno egocéntrico, un niño que se conozca a sí mismo, que sepa identificar sus necesidades y otro que sea un berrinchudo que piense que todo mundo debe atenderle.
Pero no escribo hoy para repetir lo que dije aquel día. Escribo para contarles que gracias a Timehop, la aplicación que muestra lo que uno compartió hace años en sus redes sociales, me enteré de que un año después de aquella conferencia me caí en el metro. Recuerdo lo que pasó. Iba con prisa a mi clase de Taekwondo, había mucha gente en el metro. Las escaleras eléctricas estaban al tope, así que decidi bajar por las escaleras que no son eléctricas a toda prisa. Justo cuando iba a llegar hasta abajo resbalé de un escalón y caí. Toda la gente que subía y toda la gente que bajaba fue testigo de mi caída. Yo me levanté y corrí más por la vergüenza que por la prisa que traía.
Dos años después de mi conferencia y uno después de mi caída me corté un dedo. Ni siquiera recuerdo qué estaba haciendo, pero tomé una foto y la subí a Instagram. Y ahora, hace unos días, el 11 de marzo, estuve con alguien especial, festejando que nos conocimos un 11 de julio, nuestro mesversario. Es verdad que uno elige su camino en la vida, pero a veces es imposible saber qué puede uno encontrarse en el camino. ¿Cómo iba yo a imaginarme qué iba a pasar un año después de mi primer conferencia, de mi caída en el metro y de mi cortada en el dedo? ¿Cómo podría hoy saber qué pasará el próximo 11 de marzo? Me siento bien de que mi aparatosa caída no haya ocurrido el día de la conferencia, sino un año después. Aunque me sentiría mejor si esa caída no hubiera pasado.
Regla No. 30
Cuida tus pasos.
Regla No. 30
Cuida tus pasos.
Tweet